¿Por qué no antes?, ¿por qué ahora?, ¿qué de particular tiene esta edición de Contrafirma® que amerita demarcar un espacio dentro del espacio, a través de una línea editorial?. Una publicación, per se es una clara línea editorial, ¿entonces? Muchas e interesantes plumas se han sumado a este laboratorio de ideas que tiene como finalidad la exposición de un pensamiento crítico encaminado a fortalecer y unificar, en la medida de nuestras disciplinas y posturas teóricas, un pensar lateral, más no marginal. La incursión de Contrafirma® a formato de revista tiene como mira dar más espacio a las tantas voces, que sabíamos, se dejarían escuchar. Contrafirma® demanda respuesta, la simple lectura sin el comentario subsecuente es suficiente. Textos demandando lecturas. ¿Es correcto? La demanda apunta a la nada, ¿entonces?, ¿quién querría participar en un espacio demandante que va a tener como réplica el silencio? Tema dificil. Diversas críticas internas fortalecen la identidad de este espacio: desde un debatible encuadre pop hasta un asumible forcejeo por espacios físicos concretos. ¿Quién aquí firma cuando lo que reconocemos son nombres propios?, se escucha en Donar la muerte. ¿El nombre propio que respalda ese escrito en particular lo hace más coherente o incoherente? Es dificil concretarlo. Una editorial mes a mes dará cuenta del debate desde adentro.
Más allá de una respuesta clara a la pregunta de la Edición 2, ¿Contrafirma® productor o trasmisor de cultura? o a la pregunta que ronda la edición 4, ¿Es éste un ejercicio de contrafirma? lo que tenemos son más interpelaciones: ¿cómo seguir manteniendo la crítica interna que posibilite el constante cuestionamiento? Si acaso éste no es un ejercicio de contrafirma ¿cómo hacer para que lo sea? Quizá no exista una respuesta concreta, quizá sean varias y se hallen repartidas entre las líneas de los múltiples escritos que le dan forma. Cada escrito desde su individualidad, y no desde el soporte material de la revista, debe intentar donar la muerte, su muerte, esa donación que entrega al texto a quien realmente le pertenece: al lector.
Este proyecto está armado con trozos diversos de carne, hilvanados finamente para presentarse como un todo. Como en la novela de Mary Shelley, se escucha en cada edición It´s a live!, a manera de conato de recompensa que recuerda que la contrafirma, como esfuerzo escritural se intentará, la concreción de dicho anhelo es un tema diferente. ¿Dónde colocarnos, entonces?, ¿cómo productores o simples transmisores?, ¿cómo demandantes pagando el precio de la no-escucha?, ¿cómo donadores de muerte? Muchas interrogantes para una pequeña columna editorial. Eso es bueno. Preocupante sería que en este espacio encontráramos abundantes respuestas que inmovilicen el debate y anulen, aunque sea el intento, de la contrafirma desde Contrafirma®.
Finalmente, nuestro agradecimiento sincero a todos los colaboradores, lectores y patrocinadores que crean este espacio.
Cuidado con los acentos
ResponderEliminarSi eliminan los comentarios de crítica, como el que hice ayer en este espacio, no se sostiene la demanda de lectura que hacen y solo son palabras falsas lo que escriben. Les reto a dejar que este "espacio de intercambios" discurra asumiendo lo que implica.
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