lunes, 30 de agosto de 2010

Holmes, Lacan, Dr. House, Freud, Morelli: Las huellas no visibles

A fines del siglo XIX, surge el saber del indicio. Esta razón práctica recoge el saber intuitivo de las mujeres, de los poetas y de los artesanos; su práctica requiere de un corpus teórico universal, es un saber de cuerpo practico (Cfr. Carlo Ginzburg, Mitos, emblemas, indicios, 1989) Es un saber ni racional, ni irracional, él ofrece un horizonte para salir de dualidad racionalidad vs irracionalidad. La racionalidad cartesiana se ofrece para dar cuenta de que si algo ocurre, eso depende de una causa determinada; mientras que la irracionalidad ubica las causas en un referente: Los Dioses, la naturaleza, Dios, El Rey, el Pueblo. Los discípulos de Descartes como los partidarios de la Teología se adjudican poseer la única razón válida.

El nudo espiritual del psicoanálisis proviene de ese paradigma, es heredero y se inscribe en la obra del Giovanni Morelli como lo reconoció Freud (Cfr. El Moisés de Miguel Ángel, 1914). Morelli establecía la originalidad de una pintura allí donde el referente –el autor- se desvanece, por ejemplo, en los trazos singulares de una forma de la oreja o de la nariz o de los rizos de una cabellera; gracias a esos indicios no visibles establecía la autoría. Los trazos no conscientes de la pintura revelaban la autoría. Morelli demostraba por elementos subjetivos la presencia del estilo. En ese sentido convendría leer el juicio desatado contra José Luis Cuevas por haber invalidado unas obras que se le dieron para reconocerlas. Allí donde el autor opaca con su nombre y prestigio, Morelli localizaba la autenticidad de la obra en el trazo que la distinguía de otras. Un trazo que se caracteriza por ser igual y distinto en cada realización.

Morelli coincidía con un escritor, Conan Doyle, quien inventó al detective Sherlock Holmes, quien por pequeños indicios no visibles daba con el criminal en cada una de sus novelas. Sí, el sabueso no ladra era porque… (Cfr.: El sabueso de los Baskerville).

Freud, en los años de 1921 va a escribir su Psicología de las masas y análisis del Yo: En la vida anímica del individuo, el otro cuenta, con total regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo, y por eso desde el comienzo mismo la psicología individual es simultáneamente psicología social en este sentido más lato, pero enteramente legítimo.

Así se encuentra con el estudio de Ginzburg: nuestros pequeños gestos inconscientes revelan nuestro carácter más que cualquier actitud, cuidadosamente preparada. Aquello que no controlamos revela nuestra intimidad, incluso esa porción que rechazamos como ajena.

Freud dice de la obra de Morelli: Un médico italiano de apellido Morelli. Falleció en 1891 siendo senador del Reino de Italia. Creo que su procedimiento está muy emparentado con la técnica del psicoanálisis...este suele colegir lo secreto desde unos rasgos menospreciados o no advertidos (Op.cit., 1914).

Las obras del psicoanálisis operan con el paradigma del indicio, así ellas dan cuenta de las crisis que afectan a la sociedad. José María Pérez Gay escribió: La obra de Sigmund Freud no puede, sin embargo, disociarse de su vida, ni ésta de Austria y de su tiempo. Es la expresión de un hombre sumido en las contradicciones de la época, sus ilusiones y desencantos, sus duelos y esperanzas (El imperio perdido, 1991)

La obra de José María Pérez Gay se organiza a partir de la obra de cinco de los grandes escritores del siglo XX, es decir, de la modernidad generada por Kant y Freud: Hermann Broch, Robert Musil, Karl Kraus, Joseph Roth y Elías Canetti. Su tesis principal es que la literatura es la zona más acogedora de la existencia ante la devastación de la barbarie civilizada.

¿En qué horizonte se encuentran Morelli, Conan Doyle, Freud, Jacques Lacan y el Dr. House?: para uno se trata del síntoma como revelador de un carácter no visible, de una imagen no asumida, de un componente real rechazado (Freud, Lacan); para Doyle y el Dr. House se trata del indicio que permite conocer al criminal y para Morelli, los signos pictóricos que muestran un estilo. Convengamos que en el psicoanálisis se encuentran esos elementos articulados en los elementos de cada cura.

¿Cuál es el trazo compartido por esos elementos? Lo que caracteriza a este saber es la capacidad de remontarse de datos experimentales aparentemente omisibles a una realidad compleja no directamente experimentable
A partir de un error de habla, de un lapsus, de acto fallido, de la forma de plegar una carta- una letra- se da cuenta de los componentes complejos de una realidad que nos constituye. Recordemos al Lic. Fox al decir “Jorge Luis Borgues”. El desecho de un error del habla muestra una estructura encubierta: la madera de la cual está hecho el Lic. Fox.

Ginzburg da un detalle del paradigma: [En] este paradigma indiciario se entrevé el gesto tal vez más antiguo de la historia intelectual: el del cazador agazapado en el fango escruta las huellas de la presa. Por aquí pasó algo o alguien.

El gesto genera una pregunta, convoca a una respuesta que permite al cazador vivir. El rastreo de las huellas es el horizonte para fabricar nuevas respuestas a los interrogantes de la vida, y así nos mantienen vivos pues estamos expectantes. La lectura de las huellas de un sueño, de un lapsus, de un error, de una angustia, de una inhibición o de un síntoma son caminos para localizar un objeto no visible, causa de nuestros deseos.

El paradigma del indicio da una pista: él al igual que el cazador lee lo no visible, no lo interpreta. Es la misma operación que en nuestra vida pone en juego la inefable experiencia de que un amor hiera nuestro cuerpo. Pequeño detalle, en la mitología, el amor es la figura de un cazador: Cupido con su arco y las flechas.

Alberto Sladogna

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