A quienes regularmente escribimos para esta revista se nos ha invitado a reflexionar sobre “la letra” (whatever that means). Por unos días acaricié la intención de comentar la huella que han dejado en mí los testimonios de algunos escritores sobre su pasión o compromiso sobre la escritura, o tal vez exponer públicamente los motivos por los que escribo (que no son siempre los mismos). Pero una vez más la vida cotidiana me atrapó, y no podía dejar de subrayar el “asquito” que dice el Gobernador tapatío le producen los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Como bien se sabe, pues circuló en diversos medios y aún se puede ver el video en youtube, durante la inauguración de la Cumbre Iberoamericana de la Familia organizada por la Iglesia Católica, el Gobernador Emilio Gonzales declaró: “Para mí, matrimonio sí es un hombre y una mujer, qué quieren, uno es a la antigüita y uno es así. Al otro todavía, como dicen, no le he perdido el asquito”.
Me parece que estas palabras dan cuenta con mucha claridad de la actitud de su grupo político (el PAN) respecto de aquello que no encaja en su visión de sociedad. Es significativo también que a la solicitud de organismos nacionales e internacionales para que México reconociera y conmemorara el 17 de mayo como “Día nacional de lucha contra la homofobia y la transfobia” tal cual se celebra en otros países, el ciudadano Calderón Hinojosa haya respondido promulgando esa fecha como “Día de respeto y tolerancia a las preferencias”. Nótese que el cambio de nombre no solo perpetúa e invisibiliza la homofobia y transfobia, sino que además envía, al igual que el asquito de Emilio, un claro mensaje: para los panistas y quienes los apoyan, las preferencias y diferencias son algo a tolerar. Tolerar, de acuerdo al Real Diccionario de la Lengua Española:
Verbo
1. tr. Sufrir, llevar con paciencia.
2. tr. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.
3. tr. Resistir, soportar, especialmente un alimento, o una medicina.
4. tr. Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
¿Cuál de las cuatro acepciones sería aplicable a este “Día del respeto y tolerancia a las preferencias”? Un posible indicador: Si bien el día mundial de lucha contra la homofobia y transfobia justamente conmemora la fecha en que la homosexualidad dejó de ser considerada una enfermedad mental y salió de los manuales de psicopatología, los panistas y el clero, a contracorriente de la psicología, siguen empeñados en curarla. Recientemente la revista Proceso reveló que de 2008 a la fecha, Emilio González ha otorgado 1 millón 600 mil pesos a la organización católica “Valora”, la cual realiza talleres y retiros para “sanar” la homosexualidad”. Tengo la impresión de que para él, como para muchos panistas, la homosexualidad es algo a “tolerar” de la misma manera como se tolera un dolor de muelas mientras llega la hora de extraerla. “Tolerar las diferencias” es una conducta xenofóbica, el “Día de la tolerancia” avala el “asquito” de Emilio y de muchos.
Después de redactar esto, creo reconocer un motivo por el cual escribir en Contrafirma: subrayar el absurdo cotidiano. Es absurdo que un Gobernador diga abiertamente que algunos ciudadanos le dan asco o que haya un día “de la tolerancia” en vez de un día de lucha contra la homofobia; es absurdo que las mujeres vayan presas por tener un aborto espontaneo, es absurdo que se criminalice a los jóvenes, o que el país viva un baño cotidiano de sangre. También es absurdo que derramemos petróleo en el mar y que México ocupe el primer lugar en obesidad infantil. Es absurdo y lo vemos con naturalidad.
Moisés Hernández, Mto. en Filosofia
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