Cuentan que Frankenstein fue construido de pedazos de cadáveres humanos y por acción de la electricidad y artes de ciencia cobró vida. Pero ¿por qué artes seguimos fabricando monstruos en la época contemporánea?, ahora resulta que estamos rodeados de monstruos y sin necesidad de ciencia. Ya no tememos a vampiros, hombres lobo, momias o fantasmas si no a secuestradores, homicidas, criminales y políticos. No se tome ésto como una queja sin sentido que raya en el lugar común, es más bien una reflexión sobre nuestra necesidad de dicotomizar la vida: encontrar al malo de la historia aunque lo tengamos que fabricar; porque no importa lo que pase, creemos ciegamente que el bien siempre triunfa sobre el mal. Tal vez por eso siguen existiendo las telenovelas; materializan nuestra esperanza de un futuro mejor y nos distraen de la idea sin sentido de que nosotros podamos ser los monstruos. En lo personal, prefiero los monstruos de ficción.
(Versión del “Jabberwocky” en traducción latina para Alicia en el País de las Maravillas [Burton / Disney 2010])
Pablo Herrera,
estudiante de literatura
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