...Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco
conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el
pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí
toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.
Romanos, 7:7-8
Hace ya algún tiempo poco más de un año descubrí una nueva lectura que me apasionó tanto como el psicoanálisis, La biblia. Otros le llaman la palabra; Y me es totalmente curioso darme cuenta que lo escrito en ambos textos, uno religioso y el otro una teoría clínica de lo particular, no están distantes el uno del otro. Me han atrapado tanto que no puedo dejar de percatarme de la semejanza en el discurso de ciertas tesis que se desarrollan en ambos, por ejemplo la cuestión de la culpa. Cuando lo leí por vez primera quede paralizada, fue una cuestión de redescubrir algo ya leído. Cito a la letra: Pero yo no conocí el pecado sino por la ley. ¿Donde había de alguna manera escuchado esto?. Claro!, en un texto de J. Lacan: porque existe lo prohibido, existe el deseo. Ambos provocan en el sujeto el deseo.
En el caso de la biblia al dar los mandamientos que son la ley de Dios nos remite a la cuestión del pecado, el violar la ley es pecar desde lo religioso y que por lo general deja en el sujeto una sensación de culpa. Por eso tiene que admitir su culpa y confesarse con Dios, porque sino termina pagando mas, el confesar su culpa lo libera, porque Dios perdona en su gran misericordia.
En el psicoanálisis es una tesis un poco mas complicada que explica de alguna manera esa cuestión que desata el deseo, no necesariamente lleva a pecar, pero si en muchos de los casos a sentir culpa y me parece que lo importante en ambos casos es que la culpa llega después de cometer un acto o pensamiento que trasgreda la ley en uno y la prohibición en otro. Lo curioso aquí es que la ley es prohibición y la prohibición hace ley.
Y bueno, los dos casos son fundamentales porque una apunta a la relación que el sujeto tiene con Dios y en otra la relación del sujeto con su deseo. En la relación con Dios no hay posibilidad de Deseo, es decir queda anulada la posibilidad de Desear aunque la ley desata paradójicamente el deseo de pecar. Y ¿Si el sujeto no peca de que será perdonado por Dios?
Miriam Fuentes
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