De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿No son a caso las preguntas fundamentales de aquellos que se preocupan por descubrir la verdad, principalmente -creo- los filósofos, e incluso cuantos de nosotros no nos hemos hecho estos cuestionamientos cuando llegan a nosotros por la razón que fuere?
Mi suposición es que sí, a menos, claro está, que deseemos vivir sin preocupación alguna, yo lo he hecho:
Creo que hubo un momento donde, como aquí, que a cada instante se nos dice de infinitas maneras que adquiramos algún producto; con ofertas, sutilezas, promociones e incluso mentiras. ¿Con qué manera nos hicieron que adquiriéramos esta vida?, eso no lo sé, pero la hemos aceptado -tal vez es una prueba promocional, quizá un premio, o por qué no, un regalo, pues decir “comprado” es algo apresurado-. Podemos suponer la causa mirando las vidas de los demás: despreocupación, abundancia, escases, miedo, angustia, entre tantos más síntomas visibles; pero el más interesante creo que es el derroche y ésto lleva a suponer una razón más con la que he tomado esta vida: el robo.
Pero a pesar de tanta diferencia entre gustos y causas, tenemos algo en común: todos tomamos este producto llamado vida.
Y al igual que en este mundo, después de adquirir producto alguno, éste llega a su fin, no importa el tiempo que dure, pero se acaba.
Así, la vida, en algún tiempo culmina, y… a dónde vamos, tal vez al mismo lugar del que venimos:
Imagínese saliendo de casa, un día normal, y en el transcurso del día mira y escucha ofrecimientos de un sin número de productos; al final del día regresa a casa con lo que necesita y, sin duda alguna muchas veces, con lo que no. Pues esta vida, puede ser eso que necesitaba o que no.
¡Oh! Pero esos interesados en la verdad y como dije al inicio principalmente los filósofos (y nosotros mismos) tienen cuestiones que desean resolver, y sólo hemos mencionado dos, hay una tercera:
¿Quién o qué soy?
Abel A. P., Estudiante de pedagogía
No hay comentarios:
Publicar un comentario